VISIÓN EN EL SINAÍ

                                
Para Esther Cameo
                                          & Mauri Pilatowski

El vagabundo-ojos de iguana / pasó por aquí
& su sudor lo huelen todavía los vientos
los dioses-sangre de camello que habitan e iluminan
                                 el corazón de estas montañas
Las tribus de pastores de Bersheva
aún extrañan el canto lleno de ecos de sus botas
el fogonazo de su piel / tan parecida a 1 reata de muelle
con los mismos vaivenes de 1 salivazo de arak
A la hora de los dátiles
los crepúsculos lentos / los fervorosos sorbos al jocoque
Agua noble le dicen en su dialecto los beduinos
& dibujan: 1 árbol con ropas colgando
                1 casa con alas en la arena
El vagabundo-ojos de iguana / pasó por aquí
& parecía uno de esos rayos que escribían sin necesidad
                                de olivettis-letteras & sin lápices
palabras capaces de dar cuerda al músculo azul de los
                                         patriarcas & sus pueblos
El vagabundo de lengua extrañísima
el cantador de cucurrucucús & ayayays
-al que seguían como a mancha de petrróleo
        los paracaidistas los radares israelíes-
El de las mejillas de cactus
el de los cigarros trepadores
el bebedor de escalofríos
el explorador de labios submarinos
el que se llevaba de Salaam Aleko
hasta con el seco vozarrón de las palmeras
El de la calaverita sonriente
grabada a punta de arañazos
en el hueso-vida perpetua de su mochila de viaje
Él / que besaba la rarísima llegada de las lluvias
& se abría como sólo la tierra pocas veces
& se abría / como si en ese momento todos
                               nos fuéramos a morir