Colección Voces que dejan huellas

Colección Voces que dejan Huellas

	Jorge Cuesta Canto a un dios mineral Disco LP - EOM-1 voz de Eduardo Ortiz Moreno Oír el poema completo

	Canto a un dios mineral (completo)
	Canto a un dios mineral I
	Canto a un dios mineral II
	Canto a un dios mineral III
	Canto a un dios mineral IV

Cuatro movimientos componen esta sinfonía. Como nos explica Evodio Escalante. Cada movimiento lo componen nueve estrofas en formato de lira sextina. A manera del bardo florentino el poeta añade una estrofa al último movimiento. En esta, se llega al desenlace del tema y es en donde su labor termina. Cuesta conoce bien la lira de San Juan de la Cruz y el desenlace del soneto clásico de Shakespeare y los injerta con precisión en su poema. Miembro de la Generación Bicápite, él y Gilberto Owen, y alimentado por la inspiración de sus íntimos amigos Gorostiza y Villaurrutia, el poeta, “alimentado por la cultura de la vista, del tacto y del oído”, como lo señala Paz, “penetra al mundo exterior, o se deja penetrar por este”, y enfrenta el reto de construir este poema de largo aliento, que por su misma complejidad, no lo hace ver como un poema fácil y popular. Cien años han tenido que transcurrir para que se aprecie el valor artístico e intelectual de este admirable poema al recordarnos que la voz y la palabra representan el estadio superior del ser humano.
Eduardo Ortiz

	Jorge Cuesta Poemas voz de Eduardo Ortiz Moreno Oír todos los poemas

	Paraíso perdido
	Paraíso encontrado
	Una palabra obscura
	Amor en sombra
	Como esquiva el amor la sed remota
	Rema en agua espesa y vaga el brazo
	De otro fué la palabra antes que mía
	Tienes dos nombres, luz, dos pensamientos

Canto a un Dios Mineral Breve ensayo sobre Jorge Cuesta de la Contraportada del disco LP de Jorge Cuesta
Donde todos ven a un valioso intelectual, yo capto a un artista. Un artista consumado plasmando en su sagrada capilla las señas de su creación. La génesis del lenguaje y del pensamiento y del reflejo que crea la conciencia de si mismo. Ahí donde se percibe una sinfonía, yo percibo las cuatro etapas de la creación, de la evolución del pensamiento y la consumación del individuo. Al inicio una mirada en abandono. No hay conciencia, no hay conceptos, no hay palabras. Solo ondas de nubes avenidas en piedra. En el segundo día, percibe apenas una imagen de sí mismo, apenas reflejo. La huella de sus actos en una onda más desaparece. Más el tiempo sigue, la materia regresa a su costumbre y el apenas la nombra como si fuera nada, Es el tiempo en el que él se distingue diferente de lo que le rodea, y sus ojos gimen en la magia, Se forma la memoria, el talla las estrellas. Es el tercer día. La materia sin luz y sin sonido en sus recónditas cavernas, absorta, se esconde. Al cuarto día aflora la voz, nace el lenguaje. El sueña. Para su sorpresa la lengua blanda le da sabor al pensamiento y su grito resuena en minerales rocas hasta volverse un clamor, una canción. El termina su labor. La piedra graba su marca y guarda su conciencia en el futuro. Eduardo Ortiz Moreno
Análisis de la estructura del poema

Canto a un Dios Mineral

Breve ensayo sobre Jorge Cuesta

de la Contraportada del disco LP de Jorge Cuesta

Donde todos ven a un valioso intelectual, yo capto a un artista. Un artista consumado plasmando en su sagrada capilla las señas de su creación. La génesis del lenguaje y del pensamiento y del reflejo que crea la conciencia de si mismo. Ahí donde se percibe una sinfonía, yo percibo las cuatro etapas de la creación, de la evolución del pensamiento y la consumación del individuo. Al inicio una mirada en abandono. No hay conciencia, no hay conceptos, no hay palabras. Solo ondas de nubes avenidas en piedra. En el segundo día, percibe apenas una imagen de sí mismo, apenas reflejo. La huella de sus actos en una onda más desaparece. Más el tiempo sigue, la materia regresa a su costumbre y el apenas la nombra como si fuera nada, Es el tiempo en el que él se distingue diferente de lo que le rodea, y sus ojos gimen en la magia, Se forma la memoria, el talla las estrellas. Es el tercer día. La materia sin luz y sin sonido en sus recónditas cavernas, absorta, se esconde. Al cuarto día aflora la voz, nace el lenguaje. El sueña. Para su sorpresa la lengua blanda le da sabor al pensamiento y su grito resuena en minerales rocas hasta volverse un clamor, una canción. El termina su labor. La piedra graba su marca y guarda su conciencia en el futuro.

Eduardo Ortiz Moreno

Análisis de la estructura del poema

Octavio Paz Habla de Jorge Cuesta Lectura de un soneto a Jorge Cuesta Octavio Paz sobre los Contemporáneos

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